EL CAFÉ ORGÁNICO: UNA ALTERNATIVA EN TIEMPOS DE CRISIS
En Colombia, el precio del café ha tenido una caída
constante con tendencia a recuperaciones leves, como consecuencia de la plaga
de la broca vivida en la década de los noventa. La broca, redujo la calidad
característica del grano colombiano, aminorando también su precio. Alrededor
del año 1994, el precio del café nacional había caído cerca de una 50% con respecto al presentado a finales de los años
70. Esta caída en los precios, provocó una inestabilidad en la manutención de
las haciendas cafeteras, lo que influyo directamente en la producción, ya que
era imposible para los caficultores realizar inversión en la eliminación de la
broca obteniendo tan pocas ganancias.
La falta de rentabilidad de los cultivos hizo que los
cultivadores obtaran por cosechar otros productos, factor que ayudo a la
disminución de la producción y causo un retroceso importantísimo en el camino
de recuperar el estatus internacional del café.
La caída de la producción provocó un círculo vicioso, en
tanto que, para levantar la calidad del grano colombiano se necesitaba de
mayores ganancias por saco de café, hecho que en ningún momento se daba ya que
nadie pagaba un precio tal por este bien, y esto imposibilitaba cualquier
mecanismo de recuperación del precio y de eliminación efectiva de la plaga.
El rompimiento de las cláusulas económicas del
Convenio Internacional del Café introdujo a la producción del grano en el
mercado libre, hecho que implico la reducción de las cotizaciones
internacionales y por tanto la disminución de los ingresos de los países
productores, que junto a la tradicional superproducción de café, agravaron la
situación cafetera y mostraron las consecuencias de la apertura económica en un
sector tan frágil como este. En los años siguientes al rompimiento del
Convenio, el precio del café se mostró mucho menor al presentado antes de su
desmonte, lo cual promovió el desarrollo de este negocio en países que nunca se
en la historia se habían dedicado a este ejercicio (para el caso concreto de
Vietnam, país donde se produjo el más grande aumento en la producción al pasar
prácticamente de cero a 10 millones de sacos).
Actualmente, el precio interno
del café al productor se fija de acuerdo a un consenso entre la federación
nacional de cafeteros y el gobierno nacional teniendo en cuanta factores como: Comportamiento
macroeconómico del país en el momento, tasa diaria representativa del dólar, nivel
de precio al cierre en la Bolsa
de Nueva York.
En el mercado del café ecológico, el precio varía
dependiendo del mercado final. Las primas o sobreprecios del café cambian de
acuerdo al país de origen del producto. Los sobreprecios se establecen sobre la
base del precio del café cotizado en bolsa y siempre son superiores a cualquier
prima establecida para otra variedad de café. Estas primas permiten
rentabilidades mayores a las obtenidas por otros tipos de café.
Experiencias mundiales nos muestran que sin el
respaldo del estado cualquier actividad agropecuaria, y entre esas la
caficultora es imposible. Establecer políticas que promuevan un favorecimiento
del mundo caficultor es fundamental ante, por ejemplo la constante operación deficitaria
del fondo nacional del café, que al intentar garantizar a los cultivadores una
ganancia mínima, incurren en altos gastos al intentar mantener la subsistencia
de miles de caficultores.
A pesar de presentar un precio inferior al de
décadas pasadas, el café es un producto muy rentable. Una libra de café, que en
Colombia cuesta 1,20 dólares en promedio, en Nueva York gracias a las
transacciones y las reventas, aun mantiene un precio final al consumidor que
presenta grandes beneficios (9 dólares en promedio).
Lo presentado en el párrafo anterior significa
que generar un mercado en cierta manera monopolístico seria fundamental a la
hora de obtener mejores beneficios y en esa forma, poder captar las ganancias
verdaderamente importantes (ganancias por concepto de venta del producto
final).
El mercado orgánico
En los últimos años, ha habido un auge de los productos
orgánicos gracias a su evidente bienestar para la salud humana y a su importancia dentro
de un ámbito de sostenibilidad.
A pesar del aumento significativo en las hectáreas
cultivadas en productos orgánicos, esta área es poca en comparación con la que
aun es cultivada convencionalmente. En los países latinoamericanos, la
producción orgánica esta destinada casi en su totalidad a la exportación. Estas
exportaciones se destinan en gran parte a cubrir la demanda de Estados Unidos,
Europa y Japón, países que representan cerca del 65% del consumo mundial de esta clase de productos.
Así como se ha incrementado el numero de hectáreas
cultivadas, se han aumentado la cantidad de ventas de este tipo de productos, y
se prevee que el crecimiento general de este mercado siga en los próximos años
ha tasas entre 10% y 30%, por lo cual, la demanda tiene un gran margen de
desarrollo.
El cultivo de café orgánico se encuentra en pleno
desarrollo ya que es mucho lo que falta investigar y aprender en esta área; y
mucho que lo falta por recorren a la hora de vincular a los pequeños
productores al negocio.
El café orgánico encuentra su auge en la tendencia mundial
ecologista y en los mayores beneficios que representan para los caficultores.
Aproximadamente, una libra de café orgánico posee un precio 40% superior
comparado a una libra de café tradicional.
Los países latinoamericanos, han entendido que para obtener
ganancias en medio de una ausencia de bonanza en los precios es necesario
recurrir a mercados alternativos, por lo cual, han apostado sus esfuerzo al
desarrollo de café orgánico.
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